El premio Nobel Muhamad Yunus desarrolló en Bangladesh un modelo diferente que llamó Banco de los Pobres. Esta institución empezó a otorgar mcrocréditos productivos a personas con necesidades básicas insatisfechas, para que pudieran emprender su propio proyecto de subsistencia. Para asegurarse la devolución de los préstamos, el banco usa un sistema de grupos de solidaridad; pequeños grupos informales que solicitan préstamos en conjunto y cuyos miembros actúan para garantizar la devolución del préstamo y se apoyan los unos a los otros en el esfuerzo de mejorar económicamente. El Banco de los Pobres ayudó en 30 años a unos 3 millones de personas en la India, donde empezó el proyecto. Hoy, más de 60 países lo implementan. En Argentina se llama Banco de la Buena Fe, y depende del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Esa es la directriz con la que viene trabajando en Tucumán la Fundación Madre Teresa de Calcuta, que preside Cecilia Córdoba, y que está desarrollando este proyecto en San José (Yerba Buena), Tafí del Valle, Las Talitas, Banda del Río Salí y Río Seco.